Juego de Tronos 5×06: «Unbowed, unbent, unbroken».

Según avanzamos los capítulos en esta nueva temporada, se va creando una mayor polémica entre los seguidores de la serie con respecto a la saga literaria. Y en este caso la polémica ha sido doble. Me explico: por una parte, la mayoría de las tramas discurren de forma diferente a como lo hacen en los libros; por otra, el final del episodio ha causado conmoción y a disgustado a más de uno.

Debo decir que creo que la serie es un producto diferente a los libros en que se basta, y que era en muchos casos imposible plasmar en la pantalla la diversidad de personajes y situaciones que se viven en la literatura. Los personajes que estamos viendo en la televisión no son los mismos que leímos en los libros de G.R.R. Martin. Y en el caso de Sansa, por ejemplo, el cambio ha sido tan espectacular que a algunos nos ha pillado desprevenidos.

Aún así, considero que se nos está ofreciendo aquello a lo que estamos acostumbrados en esta serie, se nos ofrece emoción, intriga, diálogos brillantes y escenas impactantes una detrás de otra, aunque a veces duela un poquito que todo eso no se corresponde con lo que esperábamos ver los lectores de Martin.

A propósito de todo esto, el escritor hablaba en su blog personal en estos días sobre las diferencias entre la serie y los libros, argumentando que la pantalla y la literatura son realidades diferentes y, lo más interesante para los seguidores, dice que ambos (la serie y los libros) están «tratando de llegar al mismo punto».

Veremos cómo evolucionan las cosas en los próximos episodios. De momento, hoy hablaremos del capítulo 6: «Nunca doblegado, nunca roto».

(Atención, spoilers del episodio a partir de este momento)

Volvemos a encontrarnos con el personaje de Arya Stark, que está sufriendo una transformación más que evidente. En este episodio aparece más mujer, con el pelo limpio, y más madura que nunca antes. Su entrenamiento, aparte de limpiar y recoger, se basa en que los demás crean sus mentiras, para ser capaz de convertirse en otro, para llegar a ser un Hombre sin Rostro.

Petyr Baelish llega a Desembarco del Rey y, como suele ser habitual, nunca quedan claras del todo sus intenciones. En una conversación con Cersei le explica que pretende que Stannis y los Bolton luchen entre ellos para luego atacar al vencedor y convertirse así en el Guardián del Norte y señor de Invernalia.

Además, en la capital las cosas se complican para los Tyrrell. Loras sigue retenido a manos de los gorriones y la llegada de lady Olenna no parece arreglar las cosas. Después de un simulacro de juicio, sus dos nietos, Loras y Margaery, terminan presos.

La trama del Dorne está siendo, de momento, la más floja de todas. Allí, no se sabe muy bien cómo, Jamie Lannister y Bronn consiguen entrar a los Jardines del Agua donde Myrcella y el joven príncipe nos muestran su amor. Llegan hasta ellos sin ningún impedimento y justo al mismo tiempo que lo hacen las Serpientes de Arena. Se produce una pelea entre ellos, aunque en este caso las hijas de Oberyn no parecen tan fieras como esperábamos. Finalmente es Areo Hotah quien termina con la pelea y apresa a todos los implicados.

Por otra parte, el viaje de sir Jorah y Tyrion parece que llega a su fin, pero no de la manera que ellos esperaban. Un barco de esclavistas los apresa y pretenden venderlos como esclavos. Tyrion les convence del valor de Jorah Mormont para la lucha con el propósito de que les lleven a ambos a Meereen, donde la reina ha reabierto las Arenas de combate. De esta forma ambos personajes se acercan a su destino final.

En Invernalia tenemos una nueva boda que podemos sumar a las que ya han sucedido en la serie, que son unas cuantas. En este caso, Sansa Stark se casa con el bastardo de Bolton. En la noche de bodas, Ramsay viola a su joven esposa y le pide a Theon Greyjoy que mire mientras lo hace. Esta escena ha causado una enorme polémica en las redes por su crudeza.

Y la próxima semana, en el capítulo 7…